España: El gato por liebre de la patata

Así de tajante se expresa Antonio Morales, secretario general de la Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos (UPA) en Murcia, al opinar sobre la grave crisis que está sufriendo el sector productor de patatas en España.

La organización agraria ha denunciado esta semana los precios «de ruina» que los patateros cobran por sus productos. «La situación es más alarmante aún en la Región de Murcia respecto a otras zonas productoras del país, ya que aquí el agua es trasvasada, más cara y escasa, lo que supone un coste extra y menor rentabilidad», destaca.

UPA indicó que actualmente se está pagando al agricultor de 3 a 5 céntimos de euro el kilo. «Así no merece la pena ni recoger», indica Moreno. «El año pasado, la mayoría de la producción murciana se quedó en el terreno. Tras ochenta días de producción, con el alto gasto en agua, abono y herbicidas que ello conlleva, cuando llegó el momento de la recolección, gran parte de nuestros socios optaron por triturar la patata en el propio campo, al calcular que apenas iban a cubrir gastos si su producto continuara la cadena habitual de comercialización. Esto es lamentable, un auténtico sinsentido cuando en España hay personas que están pasando hambre», comenta Moreno.

Ante esta situación, UPA, junto a otras organizaciones agrarias defiende la creación de la Interprofesional de la Patata española, con el objetivo de mejorar la situación en el mercado de este producto tan imprescindible en la cesta de la compra.

Ante la próxima campaña, Moreno asegura que «otro año volveremos a denunciar las enormes pérdidas que se van a sufrir porque la gran distribución continúa con su política abusiva de venta a pérdidas». Y es que, según indican desde la UPA nacional, las elevadas pérdidas que sufren los productores de patata es fruto de las políticas abusivas de multinacionales y grandes cadenas de distribución y a la entrada de cultivos de terceros países.

Engaño al consumidorLa organización ha denunciado que dichas empresas «están engañando al consumidor», ya que las principales cadenas de supermercados del país «están vendiendo patata vieja procedente de Francia como si fuera nueva y de España». Y es que según una investigación realizada por UPA desde septiembre hasta abril «no se encuentra patata española en los establecimientos, que están copados por patata francesa vieja, de peor calidad, con meses de conservación en cámara».

Según Moreno, este tipo de actuaciones provocan que los consumidores consideren la patata como un producto «denostado» .

«El sector, apoyado por la Administración, debe impulsar el cambio de mentalidad del ciudadano, apostar por una cultura de respeto al agricultor. A penas existen diferencias de precios entre la patata nacional o la procedente del extranjero, pero incomprensiblemente el consumidor opta por la de fuera, cuando la nuestra es de mayor calidad», asegura.

Precio mínimo garantizadoRespecto a la presencia de cultivos de terceros países, Moreno augura que con la patata pasará lo mismo que con el tomate. «Más tarde que pronto, los productores franceses tendrán los mismos problemas de nula rentabilidad que los españoles, al tener que competir con la patata llegada de países con mano de obra barata o a los que no se les están exigiendo los mismos estándares de calidad que a las frutas y hortalizas europeas».

Ante esta situación «insostenible», el sector de la patata española exige al Gobierno un precio mínimo garantizado que cubra los costes de producción.

Según los últimos datos de aforo ofrecidos por la consejería de Agricultura y Agua, el 99,5 por ciento de la patata murciana es exportada, siendo Reino Unido, Alemania y Bélgica los principales países de destino.