España (Tenerife): Una esperanza contra la polilla de la papa

El dióxido de carbono (CO2) ofrece una nueva esperanza en la difícil lucha contra la peor plaga que sufre el cultivo de papas en Tenerife desde 1999. La temida polilla de la papa, la Tecia solanivora, causa estragos en las cosechas, sobre todo en el Norte de Tenerife, donde Asaga Canarias ha advertido de que las pérdidas de este año pueden superar el 50% en algunos casos. Pero este insecto de origen guatemalteco también impide la exportación y genera daños a la imagen de un producto que es capaz de dañar mucho después de su recolección en el campo.

El proyecto RTA2011-00125, con financiación del Instituto Nacional de Investigación y Tecnología Agraria y Alimentaria (INIA) y desarrollado por el Instituto Canario de Investigaciones Agrarias (ICIA), el Cabildo de Tenerife, la ULL y la empresa pública Gestión del Medio Rural (GMR), ha encontrado la manera de acabar de una forma segura, inocua y barata con la polilla de la papa en los tubérculos ya recolectados y almacenados. Un hallazgo que abre la puerta a que las papas canarias puedan volver a venderse en el exterior en un futuro no muy lejano, así como a la producción de semillas totalmente libres de la plaga.

La investigadora del ICIA Gloria Lobo detalla que esta poderosa herramienta contra la Tecia solanivora es una cámara de almacenamiento con una atmósfera controlada y enriquecida con dióxido de carbono (CO2). Durante diez días las papas se depositan en una cámara con un 50% de nitrógeno, un 30% de CO2 y un 20% de oxígeno, una mezcla de gases que asegura la mortandad de la totalidad de insectos, larvas, huevos y pupas de esta polilla.

"Los ensayos realizados nos dicen que al pasar diez días, la totalidad de los insectos mueren, sea cual sea su fase de desarrollo, de manera que se acaba con el riesgo de contaminación posterior", subraya Lobo. Este tratamiento aspira a obtener su reconocimiento como una cuarentena eficaz postcosecha que permita levantar las prohibiciones de exportación que impiden, por ejemplo, la salida de un producto de alto valor gastronómico como las papas antiguas de Canarias o papas de color.

Lobo subraya que "la calidad de la papa no se reduce tras el tratamiento y, por supuesto, tampoco afecta al consumidor". Sin embargo, para que el tratamiento tenga éxito, es necesario tener un control riguroso y continuo de la atmósfera del interior de la cámara.

Este método no acabará con la plaga de la polilla de la papa en el campo, pero sí permitirá que las papas cosechadas se puedan vender fuera de las Islas; que no se deterioren durante su almacenamiento por la acción de la plaga, así como obtener semillas 100% libres de Tecia solanivora. Si a esto se une el cumplimiento de los protocolos en el campo, que incluyen la retirada de todas las papas dañadas de las parcelas tras la cosecha o la rotación de cultivos, la incidencia de la plaga podría reducirse.

Lobo subraya que si se sigue avanzando y no se logra su erradicación total, "sí será posible convivir con la plaga, pero con unos niveles de pérdidas asumibles, que no lleguen al 80% como ha llegado a suceder hasta ahora".

El Gobierno de Canarias, tras obtener los resultados de esta investigación, trabaja en el expediente para solicitar al Ministerio de Agricultura, Pesca, Alimentación y Medio Ambiente y a la Unión Europea que reconozcan la utilidad de este protocolo de tratamiento y vuelva a permitir a los productores exportar este producto fuera del Archipiélago.

El proyecto "Desinfección de papa utilizando dióxido de carbono: optimización como tratamiento de cuarentena de la polilla guatemalteca" no es el único que está en marcha en la actualidad. Otras investigadoras del ICIA desarrollan trabajos en el campo para buscar alternativas de control biológico.