México: La papa, un cultivo impredecible e inestable

Por ello esta especie se produce en más de 100 países, bajo diferentes condiciones y sistemas, alcanzando así una superficie mundial promedio de poco más de 19 millones de hectáreas, en las cuales se obtienen alrededor de 300 millones de toneladas anuales; y con poco menos de una tercera parte de todas las papas que hoy se cosechan en el planeta, China e India, se convierten en las naciones líderes de la producción global.

De igual forma para México, la papa es una de las principales hortalizas producidas, con un promedio anual de 1.7 millones de toneladas, cosechadas en una área cercana a las 65 mil hectáreas; producción destinada esencialmente al mercado interior, bajo la modalidad de producto fresco, o como materia prima para los procesos en la industria de las frituras. Cabe destacar que el desarrollo de la papa como cultivo comercial en el país, inicia apenas a principios del siglo XX, en conexión básicamente con los procesos de urbanización; ampliándose así a las zonas de riego del norte y del occidente, pasando de ser sólo un cultivo tradicional de zonas montañosas o volcánicas del centro de la republica bajo condiciones de temporal y con rendimientos inferiores a 6 toneladas por hectárea, a un manejo más intensivo donde la productividad hoy ronda las 40 toneladas.

Aparentemente su alta demanda ha originado un incremento sostenido en la superficie cultivada y en los rendimientos; sin embargo es un producto agroalimentario altamente especulativo, en razón de sus altos costos de producción y de la variabilidad de los precios en el mercado, caracterizándose por una fuerte competencia interregional.

“La producción de papa superficialmente pareciera ser un labor sencilla, pero en la práctica es una actividad complicada, la cual demanda capacidad y conocimiento, así como parte de un buena intuición para poder prever acertadamente condiciones complejas, lo que permita tomar las mejores decisiones en tiempo y forma”; precisión realizada por el Sr. Ramón Muñoz Serna, productor estatal de papa, enfocado dentro del cultivo desde hace aproximadamente 15 años, manejando un promedio de 20 hectáreas por ciclo, dentro de la unidad de producción llamada Rancho Las Jaulas, ubicado en la comunidad de Chaparrosa, del municipio de Villa de Cos Zacatecas.

“Cada día las condiciones socio-económicas para la obtención de papa son más duras, con altos precios de los insumos, principalmente el costo de la semilla es lo más fuerte, llegando a representar de un 30 a un 50% de la inversión; y el valor comercial del producto es muy variable. Dentro del renglón de los rendimientos nos hemos mantenido estables, son prácticamente los mismos que años atrás; actualmente traemos un promedio de 60 toneladas por hectárea, incluyendo de todos tamaños y calidades, desde las chicas, las papas de primera, y las muy grandes, conocidas como tamales, que tienen un valor muy bajo, por lo que en realidad producto de primera y de un precio normal, venimos obteniendo un 50% del total de la producción”.

“Otra de las preocupaciones principales dentro de este cultivo, son las importaciones de papa fresca de Estados Unidos, tema incierto que a la fecha gracias a Dios se ha logrado detener; esto no sólo porque saturarían el mercado nacional derrumbando aún más los precios, sino que además existe un gran riesgo de que el tubérculo importado traiga consigo propiedades fitosanitarias dañinas, como plagas que además de perjudicar al cultivo de papa, afectarían considerablemente a otros productos agroalimentarios”.

“Para las papas es indispensable elegir terrenos planos, sin problemas de salinidad, pedregosidad, con buen drenaje y ventilación, de textura arcillosa y con buen contenido de materia orgánica. Además se requiere de una gran preparación del terreno para dejarlo en condiciones óptimas, suave, bien drenado y bien ventilado; generalmente es necesario arar por lo menos dos veces, meter el subsuelo facilitando con ello la penetración de las raíces y favorecer la absorción y retención de la humedad, así como tres pasos cruzados con rastra para desbaratar bien los terrones, sujetando un riel el cual vaya emparejando perfectamente el suelo, y así posteriormente poder surcar y sembrar sin dificultades”.

“Antes de sembrar, aplicamos una besana, que viene siendo un riego de preparación para que el suelo tenga buena humedad. En nuestro caso sembramos del 10 al 15 de marzo, lo cual consiste en depositar la semilla en el fondo del surco a una profundidad de 15 a 20 centímetros, aplicar los químicos para el control de plagas y enfermedades, e inmediatamente después tapar bien para evitar la deshidratación y garantizar la emergencia de la planta”.

“La germinación va de los 10 a los 12 días, por lo que a los 8 días de sembrada suministramos un herbicida con aspersora cubriendo totalmente el suelo, para suprimir las malezas. La siembra puede ser manual o mecánica, nosotros duramos muchos años sembrando a mano, y llevamos sólo dos años utilizando máquina, la cual aunque lenta realiza todas las labores a la vez, va tirando fertilizante, va fumigando y va colocando la papa”.

“Dependiendo del tamaño de los tubérculos-semilla y de sus brotes, será la distancia entre plantas, lo que generalmente va de 20 a 30 centímetros, y según la medida del surco resultara la densidad de población por hectárea, en donde para nosotros el surco tiene una medida de 36 pulgadas o 92 centímetros. Con ello estimamos necesarias de 5 a 6 toneladas de semilla por hectárea”.

“El origen de nuestra semilla se encuentra en partes altas del país, básicamente de la Sierra de Tapalpa, en el estado de Jalisco, donde por ser una producción generalmente de temporal, origina tubérculos de tamaño apropiado para la siembra, además de estar libres de plagas y enfermedades. Las variedades que manejamos este año son Lucero y Ágata, amarillas de forma oval, las cuales expresan altos rendimientos y buenas resistencias, por lo que en este año de bastantes lluvias nos han aguantado, no se han manchado, si tenemos daños pero no son tantos; además de que son papas que el mercado las ha aceptado bastante bien”.

“Para la producción comercial de papa regularmente se utiliza un gran volumen de fertilizante, y sus cantidades se calculan de acuerdo a la cosecha prevista, a la utilización final y al potencial de cada variedad, ya que cada material tiene demandas diferentes desde la siembra. Lleva la base y paulatinamente se va suministrando según lo vaya necesitando la planta; los nutrientes que más consume son potasio, nitrógeno y fósforo, bajo 300 unidades de cada elemento en promedio”.

El suelo debe de mantener durante todo el ciclo un contenido de humedad relativamente elevado, ya que la falta de agua disminuye la producción, sobre todo si se origina a mitad o fines del período de desarrollo; además debido a la poca profundidad de las raíces, la respuesta a la irrigación frecuente es considerable, por lo que se pueden obtener cosechas abundantes con sistemas de riego automatizados, que sustituyan a diario o cada tercer día el líquido perdido por evapotranspiración. En base a lo anterior, el Sr. Muñoz Serna comentó; “para manejar bien el agua es necesario tener una superficie bien nivelada y un buen trazo del riego, en donde lo ideal es contar con sistemas de pivote, y en este año debido a que nos sobro algo de semilla hicimos pruebas en riego por goteo, lo cual vimos que es más complicado en comparación a la aspersión”.

“La cantidad y periodicidad del riego dependerá directamente de las condiciones ambientales, del tipo de suelo y de la etapa del cultivo, en donde para un acertado diagnóstico de la humedad hacemos uso del tensiómetro, lo cual aunado a la experiencia del agricultor y según se vea el clima se determina si se riega o no, y que horas o que volumen de agua hay que aplicar”.

“Para combatir enfermedades, algunas precauciones básicas pueden ayudar a evitar graves pérdidas, como la rotación de cultivos, evitar excesos de humedad, el uso de variedades tolerantes y semilla saludable. La papa por sus condiciones morfológicas es susceptible a diversas enfermedades, como aquellas que afectan la raíz, el tallo o los tubérculos y que por lo regular habitan el suelo, transmitidas por el movimiento de tierra contaminada o papas infectadas; los problemas de follaje, dispersados por el viento o agua; y los virus que se diseminan por insectos y nematodos vectores”.

“Para nosotros el mayor problema fitosanitario que tenemos es la presencia de Paratrioza y La Palomilla, también la Mosquita Blanca pero en menor escala, las cuales se controlan a través de una fumigación constante, hay quienes fumigan diario y en nuestro caso cada tercer día o cada cuarto”.

“Las plagas de insectos pueden destruir velozmente el cultivo de papa, por lo que se hace necesario un monitoreo constante, así como tratar de proteger a los enemigos naturales de éstas, ayudando con ello a una menor población de insectos dañinos. La Palomilla es muy perjudicial para la papa ya que las hembras adultas depositan los huevecillos en el envés de las hojas y tallos de la planta, o en tubérculos expuestos en el suelo, y una vez que la larva comienza su desarrollo, dañan intensamente el cultivo, ya que atacan los brotes tiernos, mina las hojas y barrena los tallos; la Paratrioza succiona la savia de las plantas y las perjudica directamente al alimentarse de ellas o indirectamente al transmitir enfermedades; y la Mosquita Blanca que cuando se presentan infestaciones severas de esta plaga, las plantas se vuelven amarillentas, se marchitan y finalmente mueren”.

“Cuando el cultivo llega a su madurez y la papa está lista para cosecharse, que para nuestro caso es a los 90 días después de la siembra por la clase de variedad, se elimina el follaje, con lo cual se detiene el desarrollo del tubérculo. Para determinar el punto de cosecha, debemos observar que las hojas de la planta se pongan amarillas o comiencen a caer, y mediante muestras periódicas ver el tamaño de los tubérculos para extraerlos en dimensiones comerciales, y que estos se desprendan con facilidad de los estolones”.

“La separación del follaje se realiza de forma mecánica, mediante el corte con pasos cruzados de desvaradora, con el fin de que los tallos de la planta queden lo más corto posible. Una vez desprendido esperamos algunos días para que la cascara se endurezca y no se pele tan fácilmente al momento de la extracción”.“Para sacar la papa utilizamos un implemento llamado sacadora de papa de dos surcos, se realiza una clasificación por tamaño y calidad en campo mediante personal, quien a su vez las va colocando en arpillas, para de ahí ser cargadas en el transporte que las llevara hasta el mercado destino”.

Para cerrar con el interesante tema del cultivo de papa, el Sr. Ramón Muñoz concluyó; “producir papa no es tan fácil como se cree o se ve, son muchos los elementos sobre los cuales el agricultor debe de tener control o por lo menos conocimiento, y muchos los bienes que se requieren; en primer lugar se debe de contar con la cantidad de agua necesaria, ya que las papas demandan bastante de este recurso, además de que el hecho de encontrar buena semilla cada día es más complicado”.

“El sector agrícola de la papa conlleva una gran incertidumbre, en producción, comercialización, y ahora también con el asunto de las importaciones de Estados Unidos, riesgos que se podrán superar al aplicar tecnología, conociendo mejor el cultivo, y buscando la organización entre los propios productores”.Aunque este cultivo requiere de una alta inversión para su establecimiento y conducción, además de demandar una gran experiencia en el manejo, la papa, es una alternativa más de producción con una gran capacidad de adaptación, siendo esencialmente una hortaliza de clima templado; y en la medida en que se trabaje por superar sus principales limitantes como lo son la falta de semilla de buena calidad o de cultivares mejorados, un uso inferior de fertilización, irrigación deficiente, control inadecuado de problemas fitosanitarios, y en general basados en el uso de buenas prácticas agrícolas, se lograra incrementar la productividad.