Europa 07/10/2015
Gastronomía: Como almacenar papa en tu casa
En comparación a la mayoría de los demás vegetales, las papas se conservan de manera increíble. Con ayuda de las técnicas de almacenamiento adecuadas, una buena papa puede durar varios meses.
Escoge tus papas. Después de comprarlas o recogerlas de tu jardín, tómate un momento para escogerlas. Busca las que tengan la cáscara rota, abolladuras o algún otro daño visible. Estas no deben almacenarse pues se podrirán más rápido de lo normal y podrían contagiar a las papas que están bien. Más bien, elige alguna de estas opciones:
- Utiliza las papas dañadas en uno o dos días. Corta cualquier parte lastimada o que se vea mal antes de utilizarlas.
- "Cúralas" para anular el daño y aumentar su tiempo de conservación (lee el paso que explica cómo curarlas más adelante).
- Echa a la basura las papas muy dañadas o que se están pudriendo.
- Asimismo, tus papas tendrán que estar bien ventiladas. La mayoría de papas se venden en bolsas de red que permiten que les entre el aire. Estas son una buena opción, así que no las traslades a un recipiente hermético.
- Si cosechaste las papas tú mismo, trata de ponerlas en capas en una canasta de paja o una caja ventilada. Pon una página de periódico entre cada capa y al final de todo.
- Ten en cuenta que el refrigerador es muy frío para las papas y podría arruinar su sabor. Lee la sección siguiente para mayor información.[2]
- Verdor: la papa adquiere un color ligeramente verde. Con el tiempo, la cáscara se suavizará y parecerá un poco marchita. Normalmente esto se debe a la exposición a la luz. Si solo hay un poco de verdor, corta estas áreas de la cáscara antes de cocinar.[3]
- Brotes: empiezan a crecer "brotes" pequeños, parecidos a los botones de una planta, y por lo general la papa también se pondrá un poco verde o suave. Corta los brotes antes de cocinar si la papa no está demasiado suave o verde.
- Putrefacción: la papa se ve como si estuviera pudriéndose; podría apestar, tener una textura suave o estar cubierta de hongos. Desecha estas papas y cambia el papel que haya estado en contacto con ellas.
- Coloca tus papas en una base de papel periódico en un lugar oscuro y frío.
- Eleva la temperatura hasta 10 a 15 °C (50 a 60 °F), un poco mayor a la del almacenamiento normal.
- Deja que las papas reposen de esta manera sin alteraciones. Después de dos semanas aproximadamente, las cáscaras se habrán vuelto más gruesas y secas. Retírale cualquier suciedad acumulada con un cepillo y guárdalas siguiendo las direcciones de arriba (tendrás que bajar un poco la temperatura).
Método 2 de 2: Saber qué debes evitar
No laves las papas antes de almacenarlas. Aunque parezca que "limpiar" las papas las hará menos propensas a podrirse, la verdad es que sucede lo contrario. Exponerlas a la humedad disminuye su tiempo de conservación y las vuelve mucho más propensas a la putrefacción. Mantenlas lo más secas posibles antes y durante el proceso de almacenamiento.[4]- Si tus papas tienen una capa de tierra, déjalas que sequen y luego usa un cepillo seco para retirar cualquier suciedad acumulada. Puedes (y debes) lavarlas justo antes de cocinarlas.
- Si guardas papas en el refrigerador, déjalas llegar a temperatura ambiente poco a poco antes de cocinarlas. De este modo reducirás la decoloración (aunque tal vez no la elimines por completo).
Consejos
- Si te queda alguna papa que recogiste de tu jardín una vez llegada la primavera, utilízala para plantar el cultivo del año que viene.
- Si tus papas se ponen dulces durante el tiempo de almacenamiento, ponlas en un lugar más cálido (pero de todos modos oscuro y seco) por una semana antes de cocinarlas. Los azúcares se volverán a convertir en almidón, lo que disminuirá el sabor dulce.[7]
Fuente: http://es.wikihow.com/almacenar-papas