Industrialización y nichos de mercado de la papa en México
Luis Dionisio Espinoza Quintero(**). El autor aborda las ventajas competitivas que representa dar valor agregado a los productos del sector primario y el análisis de la papa destinada a la industria.

Ventajas competitivas del agregado de valor a los productos primarios
Entendiendo el valor agregado como añadir características a un producto con el propósito de darle mayor valor comercial y dotarlo de cierta diferenciación para quienes lo aplican, en este caso la papa
De acuerdo con el Atlas Agroalimentario 2015 de la Sagarpa, en el lapso del 2004 al 2014 la producción de papa aumentó en promedio anual 1.1%, destacando Sonora, Sinaloa y Veracruz, que generan más de la mitad de la producción.
Con respecto al porcentaje del valor de la producción por entidad federativa, cerca de un tercio de los ingresos obtenidos por la venta del tubérculo lo aportó Sonora; la mayor parte de su producción la genera en la modalidad de riego.
El consumo per cápita anual nacional del tubérculo es de 14.9 kg.
En el caso de la papa fresca, dar valor agregado a esta red de valor en épocas de abundancia de producto es doblemente conveniente, sobre todo cuando el precio del tubérculo es más bajo; esta agregación de valor se dota a través del procesamiento del mismo, donde se asegura al productor de papa un mercado estable para su producto, eliminando, entre otros, los problemas de conservación que pudieran existir en su región.
Ello redundará inclusive en un incremento de la producción provincial de papa y de su rendimiento por hectárea, así como en una disminución de las pérdidas ocasionadas por carencias en las facilidades de almacenamiento, transporte y manipuleo en general.
El proceso industrial permite, asimismo, que una parte de la cosecha de la papa sea retirada del mercado, propiciando de esta forma cierta estabilización del precio.
Los tubérculos de papa tienen diversos usos, en el caso del consumo humano está orientado a lo fresco o lo procesado.
Dentro de los productos procesados, se encuentra como chips (hojuelas), french fries (bastoncitos fritos), prefritos congelados, purés, harinas de papa, papas deshidratadas, almidón y sus derivados, como dextrinas y alcoholes.
El mercado de la papa procesada presenta un crecimiento más acelerado que el de la papa en fresco, no solamente en los países desarrollados sino también, aunque en menor grado, en los países en desarrollo.
La tendencia actual en el consumo mundial de papa es la preferencia de la papa procesada sobre la fresca. Por ejemplo, en Estados Unidos más de 50% de la papa se destina al procesamiento; para los casos de Colombia y Panamá, para este mismo mercado, se utiliza entre 15 y 30% de su producción.
El rápido crecimiento del mercado de la papa congelada está vinculado al aumento de la popularidad de la cocina estilo occidental, en particular de la comida rápida, a través de la expansión de las cadenas de comida rápida (fast food), primero en Estados Unidos y después en el mundo entero.
En el 2000 algunos de los grandes productores de papa, como es el caso de Estados Unidos, Holanda y Bélgica, destinaron al consumo de papa fresca sólo 26, 18.5 y 2% de sus producciones, respectivamente.
Esta tendencia en el consumo está influyendo en la forma de cultivar la papa en Europa, Estados Unidos y Canadá, donde los agricultores están produciendo las variedades determinadas por los procesadores y a los precios fijados por éstos.
La papa destinada a la industria
Las compañías procesadoras, que son las principales compradoras de papa en el país, establecen contratos previos con los productores para asegurar el abastecimiento de la materia prima; a través de este mecanismo, los productores reciben financiamiento, asesoría técnica sobre el proceso de producción, mejores condiciones de venta y, sobre todo, una colocación asegurada de su producción
Un reporte del CIP/FAO registra que el uso mundial de la papa está trasladando el mercado de papas frescas y como alimento para ganado hacia los productos procesados, tales como papas fritas (hojuelas), papas prefritas (a la francesa) y papas congeladas y deshidratadas.
El procesamiento de la papa es el sector de más rápido crecimiento dentro de la economía mundial de este tubérculo, una tendencia que puede ser vista en países tales como Argentina, China, Colombia y Egipto.
En el 2014, el sector agroalimentario en México representó 8.1% del total de la economía de México, con una participación de 11,345,640.00 millones de pesos, de los cuales, 39% correspondió al sector primario y 61% a la agroindustria.
En ese mismo año, el volumen de producción de papa a nivel nacional fue de 1,678.8 miles de toneladas, con un valor de 11,983.6 millones de pesos.
Los principales estados productores en orden de importancia son Sonora, Sinaloa, Veracruz, Puebla, Estado de México y Nuevo León.
Sobre la producción nacional, 56% se consume en fresco, 15% es para semilla y 29% se destina a la industria a través de convenios de comercialización con dos grandes empresas internacionales, como Barcel, de Grupo Bimbo, y Sabritas, de Grupo Pepsico, que concentran 70% del total de las ventas en México.
En el caso de FIRA, como parte integrante de la Banca de Desarrollo que coordina la SHCP, participa en el financiamiento a la actividad primaria y junto con la banca comercial apoyan principalmente en el norte y noroeste del país 40% de la superficie sembrada del cultivo de papa comercial.
También se propicia el desarrollo de productores a través de los financiamientos y apoyos para la adquisición e instalación de sistemas de riegos presurizados para incrementar calidad y rendimiento de la papa; hoy por hoy, 85% de la superficie sembrada de papa comercial en el país cuenta con riego tecnificado.
Es de suma importancia destacar que FIRA cuenta con financiamiento y apoyos para la agroindustria que agreguen valor a la producción primaria.
Los créditos pueden ser orientados a capitales de trabajo y refaccionarios para nuevas plantas e incrementos de capacidades instaladas de las empresas que coadyuven en mejoras tecnológicas.
También se cuenta con créditos y apoyos para proyectos de bioenergía que ayuden a hacer más eficientes en el uso de energías alternas que sean amigables con el medio ambiente y no contaminen, tales como establecimiento de paneles solares y energía eólica.
**Luis Dionisio Espinoza Quintero es el agente de FIRA en Los Mochis.
Fuente: http://eleconomista.com.mx/columnas/agro-negocios/2016/07/11/industrializacion-nichos-mercado-papa-mexico-i