Panamá: Ensayan con papa tropical

El cultivo de papa, que por tradición solo se cosechaba en las tierras altas chiricanas por su condición de clima frío, brota ahora en tierras a menor altura y con un clima cálido.

Productores de El Valle de Antón, en Coclé, Santa Fe de Veraguas; Las Minas y Los Pozos, en Herrera, y de la comarca Ngäbe Buglé ensayan con una nueva variedad de papa tropicalizada traída de Perú.

Esta variedad del tubérculo resiste temperaturas superiores a 25 grados centígrados y se puede cultivar a 500 metros de altura.

El ciclo de cultivo es similar a la variedad granola, preferida entre los productores de tierras altas.

Esta papa tropicalizada está lista para cosechar a los 110 días de su siembra y sus rendimientos superan los 700 quintales, con un buen manejo de cultivo, manifestó Arnulfo Gutiérrez, investigador del Instituto de Investigación Agropecuaria de Panamá (Idiap), en la Estación Experimental de Cerro Punta.

La papa destaca por su valor en las cadenas del agronegocio y por su contribución a la seguridad alimentaria, sin embargo, puede tener bajos indicadores de productividad, debido a enfermedades como el tizón tardío (phitophthora infestans), asegura el investigador del Idiap.

“El tizón tardío es un hongo que penetra la hoja de la planta, le absorbe sus nutrientes y puede acabar con los cultivos en una semana”, comentó Gutiérrez.

Para prevenir esta enfermedad, los agricultores requieren hasta de dos aplicaciones de pesticidas por semana, lo que incrementa los costos de producción.

Cultivar una hectárea de papa representa un costo de 12 mil dólares.

En el Idiap, dentro de la línea de investigación y mejoramiento genético se desarrolla los clones de la papa tropicalizada y la multiplicación de semillas de las variedades karu, pehuenche de origen chileno, ultra y la granola.

La papa tipo granola tiene un potencial de producción de 600 quintales por hectáreas, pero hay productores que cosechan hasta 800 quintales por hectáreas con un buen manejo agronómico, asegura Gutiérrez.

Las primeras vitro plantas de la papa tropicalizada se importaron del Centro Internacional de la Papa en Perú, en tubos de ensayo y se reprodujeron en el Laboratorio de Agrobiotecnología del Idiap, ubicado en Divisa.

Las semillas se enviaron a la casa de invernadero de la papa en Cerro Punta, Chiriquí, para su posterior siembra en las parcelas demostrativas, indicó Gutiérrez.

Con las parcelas demostrativas se ha comprobado en campo el potencial de la papa tropicalizada y se prevé que para el próximo año se pueda tener a disposición de los productores, indicó el investigador.

Con este proyecto se busca establecer un programa nacional de producción de semillas que le permita al productor incrementar sus cosechas y abastecer la demanda de papa en el país.

En tierras altas chiricanas se cultivan mil hectáreas de papa durante los 12 meses del año, y con la siembra de la papa tropicalizada en zonas agrícolas más bajas se completaría una oferta del tubérculo, que en el último trimestre del año incrementa su demanda a 50 mil quintales por mes.