España (Canarias): Después de las papas llegó la calma

Desde la incontestable victoria de las papas arrugadas con mojo como la primera de las 7 Maravillas Gastronómicas en el concurso promovido por Allianz Global Assistance, el elixir rojo y verde se ha convertido en la fórmula capaz de sacar del atolladero a las Islas.

Como el Quijote contra los molinos, nuestro manjar patrio se impuso con firmeza al jamón ibérico, el pulpo a la gallega, la paella valenciana o la tortilla, al igual que nuestros datos de pobreza, exclusión social y tasa de desempleo también se imponen al de la media nacional; pero claro, esta foto ya no interesa tanto. Ya se nota, se percibe el empuje de un reconocimiento que ha aumentado la presencia del sector primario en la economía regional, jubilando aquellos datos de estafadores estadistas que señalaban que ese conjunto de actividades solo aportaba el 1,4% al Producto Interior Bruto de Canarias (PIB). Convertirnos en maravilla gastronómica ha supuesto la grata noticia del desbloqueo de las negociaciones del Ejecutivo canario con agricultores, cooperativas y grandes superficies para la introducción respetuosa y efectiva del producto en el campo hotelero.

Lo que antes era una quimera, ahora son hechos palmarios. Mientras el sector agoniza y los alimentos frescos triplican sus precios en el paso de la tierra al supermercado, los más iluminados continúan celebrando fiestas de la cosecha o días del campo y destinando miseria a una actividad en la que ya no cree ni la Consejería de Agricultura. Pero no importa, porque gracias a Allianz Global Assistance hasta la polilla guatemalteca se va de cuartas de vino, dejando la puñeta para otro momento. Ya no existen malas augurios para los agricultores: los precios de la papa levantan el vuelo y pagan el kilo a 90 céntimos; los gastos están más que cubiertos.

Como Roma no paga a traidores, los que antes se planteaban cambiar de cultivos o dejar la profesión, ahora se enfrentan al oprobio de ofender a un oficio sumamente productivo. El dorado de las papas arrugadas no solo ha repercutido en el ámbito agrícola, sino también en el oscuro futuro social y económico del Archipiélago. Tal es así, que hasta la Ley del Suelo concita todos los apoyos necesarios para su puesta en marcha, ponderando con autoridad que es la mejor articulación jurídica para evitar la corrupción urbanística y fomentar el desarrollo sostenible. Incluso, la sentencia del mamotreto dio marcha atrás, reduciendo penas y obligando a cultivar papas en todo ese terreno que legal y éticamente se ganó para los ciudadanos de Santa Cruz.

De todas formas, pese a la buena nueva, poco le hemos reconocido al tubérculo y, aún menos, a la incansable labor de nuestros representantes públicos. Hasta tanto llega el hito gastronómico que nuestra comunidad no es a día de hoy la que presenta un mayor número de ociosos parados universitarios con posgrado, por lo que los cerca de 1.200 estudiantes que abandonaron nuestras fronteras tendrán que regresar a su tierra para disfrutar de trabajos bien remunerados.