España (Vitoria-Álava): La patata más cervecera

La cerveza más patatera, como no podía ser menos, se llama Gastheiz, tiene como ingrediente este tubérculo tan típicamente alavés y la han ideado dos jóvenes vitorianas. Se llaman Ainhoa Ocio (ingeniera química, de 27 años) y Jone Conde (estudiante de Publicidad, de 22 años), dos amigas que, a través de unos amigos en común, se conocieron en la universidad. “Queríamos homenajear a nuestra ciudad con alguna especie de trofeo, que simbolizara nuestro orgullo de ser alavesas, así que qué mejor manera de hacerlo que con algo con lo que pudiéramos brindar y compartir la esencia de Vitoria por todo el mundo”, explica Ocio, ingeniera química que compagina su labor como investigadora con la elaboración de Gastheiz.

Como recuerda, “siempre nos habían llamado patateras, así que unimos la cerveza más la patata”. De esta forma, siguieron el ejemplo de las primeras fabricantes de cerveza: las mujeres, “quienes la inventaron hace más de siete mil años , al ser ellas las que se encargaban de elaborar esta bebida en Mesopotamia y Sumeria”. Así nació esta bebida a la que bautizaron como Gastheiz, tal y como se llamaba la aldea, en la almendra medieval, que dio origen a la actual capital alavesa. Corría el año 1181 cuando fue fundada por el rey navarro Sancho VI. Un motivo de peso para que estas jóvenes también decidieran que la edición limitada de los primeros botellines serían ni más ni menos que 1181, como guiño a la historia de la ciudad. “La fase de preventa acabó en diciembre y ahora ya la vendemos a través de nuestra página de internet (www.gastheiz.com)”, precisa Ocio.

Allí, todo interesado puede ver cómo está se puede adquirir en pack de seis botellines, por 11,50 euros, o la caja de doce por 21 euros. “Si echas cuentas, cada botella sale a menos de dos euros (1.75 euros la unidad en la caja de la docena de botellas). Un precio que está muy bien para ser una cerveza artesanal”, cuenta orgullosa esta ingeniera química.

En su web, además, también se pueden comprar camisetas que en la parte del corazón llevan también un tubérculo, símbolo de su pasión por la ciudad, pero también porque a este músculo popularmente también se le conoce como la patata. “La camiseta oficial Gastheiz en la patata sirve para transmitir nuestra pasión por esta ciudad”, aclara.

Así, han conseguido que Vitoria, por fin, tenga su propia cerveza, después de que Bilbao tenga la suya propia, La Salve, y Donostia la Keler. Aunque para estas dos jóvenes dar con la fórmula mágica no fue fácil. “El proceso en sí nos llevó un año. Empezamos con kits para hacerla en casa”, recuerda con un punto de nostalgia Ocio, quien añade que la malta ayuda a descomponer el almidón de las patatas, dando lugar a esta especial cerveza.

Después de que su idea se materializase, llegó el momento en el que presentaron su proyecto a una serie de concursos, con excelentes resultados. No en vano, “llamaba la atención de la gente”, añade Ocio. Prueba de ello es que en varios de ellos quedaron finalistas y en otros obtuvieron el mejor resultado posible: “Ganamos la sexta edición del premio Inizia, del vivero de empresas del campus de Álava en el que estamos actualmente”, añade. Dos mil euros obtuvieron tras este galardón, pero también la satisfacción de que su bebida triunfaba en todo aquel que la probaba. “Estamos muy contentas. Muchos de los que la prueban, nos escriben para darnos las gracias y para comentarnos de que les ha gustado”, resalta Ocio.

Su sabor dicen que es peculiar. De hecho, emplean patatas en varias fases del proceso de elaboración, para asegurarse que sepa a ella cuando se beba. “Y empleamos los mejores ingredientes en la elaboración: lúpulos y maltas en un proceso de elaboración artesanal muy cuidado”. De esta combinación nace esta bebida perfecta para combinar con productos tan alaveses como un revuelto de perretxikos o caracoles, “aunque también le va de maravilla” el queso de oveja, gambas en gabardina o tortilla de patata. “Hay de todo con la gente que la prueba, desde los que dicen que sí que se nota un toque distinto a otros que se piensan que va a ser una especie de puré de patatas y luego no la encuentran tan fuerte”, matiza. Para que su sabor perdure, se valen únicamente de tubérculos plantados y recogidos en Álava y recogidos antes de que acaben de madurar del todo, mientras tienen las hojas y tallos verdes. “La patata nueva tiene menor contenido en azúcares y una piel muy fina y tierna, que la hace ideal para el proceso de fermentación”, detallan. Y, además, no vale cualquiera. “Se emplean las mejores patatas de entre las más típicas de Álava: Miren y Mona Lisa, “por sus propiedades naturales y alto contenido en almidón”, especifica.

Una cerveza patatera de primera, que para ellas ha sido una experiencia “enriquecedora”. Tras su éxito inicial, ya tienen en mente dos variedades nuevas: “sin gluten y sin alcohol”, avanza Ocio. Además, también se han propuesto el lanzamiento en hostelería para que Gastheiz se encuentre en bares emblemáticos del Casco Viejo de Vitoria.