Colombia (Ipiales): A la crisis por bajos precios se le suma una plaga a la papa
La preocupación crece entre los agricultores y campesinos del departamento de Nariño, quienes enfrentan una difícil situación debido a la drástica caída en los precios de la papa, uno de los productos agrícolas más importantes de la región.
A esto se suma el avance del vector de la Punta Morada, una enfermedad bacteriana transmitida por insectos que ha causado graves pérdidas en las cosechas, acercando a muchos productores al borde de la quiebra.
El productor y líder campesino, Wilson Muñoz, manifestó que, según cifras del DANE, en Nariño se cultivan más de 24 mil hectáreas de papa al año, siendo el segundo departamento productor del país. Sin embargo, actualmente la carga de papa capiro apenas alcanza los $50.000, y la de papa superior se vende a $40.000, muy por debajo de los costos de producción, que oscilan entre $80.000 y $100.000 por carga, dependiendo de la zona y del uso de insumos.
Wilson Muñoz, reconocido productor y líder campesino, advirtió que esta situación amenaza no solo al sector agrícola, sino a toda la economía regional. “Si el agro pierde, perdemos todos. El campo y la ciudad entran en crisis. Cuando al campesino le va mal, la economía se desploma, porque gran parte del comercio fronterizo se sostiene gracias a las ventas que hacen los productores rurales”, expresó.
Además, la plaga de la Punta Morada, proveniente del vecino país del Ecuador, afecta tanto la calidad como el rendimiento del cultivo de papa. Esta enfermedad ya se ha extendido en municipios como Túquerres, Pasto, Ipiales y Guachucal, donde agricultores reportan pérdidas de hasta el 70 % de sus cosechas. La falta de acompañamiento técnico y de soluciones eficaces por parte del Estado ha exacerbado la crisis.
El impacto es profundo: muchas familias han optado por abandonar sus tierras, incrementando el flujo migratorio hacia las ciudades, donde enfrentan nuevas problemáticas sociales. A esto se suma una cadena de afectaciones al comercio, el transporte, los servicios y el empleo, tanto en zonas rurales como urbanas.
La situación actual exige la intervención inmediata de los gobiernos nacional y departamental, con medidas urgentes de asistencia técnica, subsidios a la producción, control de plagas y garantía de precios justos para los campesinos. Proteger al agricultor es proteger la soberanía alimentaria del país.
Fuente: diariodelsur.com.co
