España (Murcia): La patata se pone seria y comienza a despegar

La lluvia en Sevilla no siempre es una maravilla. Las tormentas que hace unos años afectaron al campo de esa provincia andaluza, durante dos ejercicios seguidos y en pleno periodo de arranque de la patata, dañaron las cuentas del sector local, desmintiendo de paso la frase de la película ’My Fair Lady’. La otra cara de esa moneda ha caído del lado de Murcia. Los mercados se han abierto a las producciones de la Región como alternativa a las dañadas cosechas sevillanas. Así se explica en parte que las dos últimas campañas de patata de las que hay registros oficiales (2014 y 2015) recogiesen una producción de más de 175.000 toneladas y casi 162.000 respectivamente, más del doble de los volúmenes que se estaban manteniendo desde 2009 e incluso cuatro veces los datos que se venían recogiendo antes, unas 40.000 toneladas, desde mediados de los años 90.

EVOLUCIÓN

175

millones de kilos de patata se cosecharon en Murcia en 2015.

40

millones de kilos ha sido la media de producción de patatas durante años.

«Muchos productores se han animado a plantar más en Murcia al ver que los precios han sido buenos durante tres años seguidos», explica Lázaro Jiménez, gerente de Multigestión en Agroservicios (MAS), productora y comercializadora de este tubérculo. El empresario aclara que las malas cosechas sevillanas, donde sí es un cultivo importante, han podido influir en el crecimiento murciano, pero la mejora se enmarca ante todo en un cambio de mentalidad.

La patata se ha plantado tradicionalmente en la Región de Murcia como cultivo secundario. Con ella se cubrían los huecos que dejaban las tierras dedicadas a las hortalizas. Los agricultores ni tan siquiera cuidaban las variedades más interesantes para cada momento del mercado, «sino que se plantaba un tipo de patata y luego se trataba de vender». Ahora «se está vendiendo primero y se planta después lo que sabes que tiene salida», sobre todo las «variedades exportables», apunta. En síntesis, el sector está adquiriendo protagonismo y ahora es más profesional.

«Ya no se planta por ejemplo cuando se corta el brócoli, como ha venido ocurriendo, sino que lo interesante es hacerlo cuando le conviene a la propia patata, no como cultivo secundario». Las pautas tradicionales se siguen manteniendo, pero el interés por la explotación por sí misma del producto sigue avanzado y con él los resultados. De ahí derivan unas crecientes ventas al exterior, aunque la patata murciana continúa comercializándose mayoritariamente en España. Es lo contrario de lo que ocurre en Andalucía, aclara Jiménez, donde las grandes extensiones dedicadas al tubérculo facilitan su exportación, ya que son clientes que buscan tener garantizados grandes volúmenes de producto.

Las tormentas de Sevilla han contribuido a la ventana de oportunidad abierta para la patata murciana, pero sobre todo se trata de una evolución natural del sector, resume el gerente de MAS. «Todos tratamos de ir corrigiendo nuestras prácticas e ir evolucionando», en un proceso similar al que en su momento tuvo lugar en sectores con más protagonismo en la Región como las hortalizas.