Argentina: Sector productivo en contra de la aprobación de la papa transgénica "Spunta Ticar"
El primer transgénico nacional aprobado para consumo humano directo finalmente fue aprobado, a pesar de la oposición de toda la cadena vinculada al cultivo.
La papa Spunta Ticar fue desarrollada por la empresa de biotecnología Tecnoplant y de la mano del Instituto de Ingeniería Genética y Biotecnología del CONICET.
Se anunció su aprobación regulatoria a fines de 2015, en agosto de 2018 apareció en el Boletín Oficial la liberación para la comercialización del evento, tras ser aprobado por el Ministerio de Agricultura y a fin del año 2020 fue aprobado por la Comisión Nacional de Semillas (CONASE). La tecnología desarrollada por esta empresa del grupo Sidus permitió crear una papa resistente al Potato Virus Y (PVY), con el objetivo, según la empresa, de evitar pérdidas de rendimiento. Las distintas asociaciones de productores manifestaron su oposición al evento, y entre los argumentos que expusieron se encuentran:
Imposibilidad de diferenciar la Spunta Ticar de la Spunta sin evento: Dado que no existen diferencias morfológicas entre las dos variedades, se verá imposibilitada la fiscalización de los lotes de papa semilla, sumado a que no hay análisis genéticos de laboratorios que aporten rápidamente información para identificar el transgénico.
Pérdida de clientes y mercados: Los clientes de las industrias procesadoras de papa y en especial los más grandes NO aceptan el uso de Organismos Genéticamente Modificados (OGM). La inscripción de esta variedad en nuestro país con la incorporación de este evento generaría altísimos riesgos de pérdida de mercados ya que las reacciones frente a estos acontecimientos en lo inmediato es el cierre de los mismos.
Impactos en los procesos de control y de contratación: La presencia de una variedad como ésta en el mercado llevaría al incremento de costos de producción, almacenamiento, control y proceso, que restarían competitividad a toda la cadena.
Incremento en costos de arrendamiento. En el cultivo de papa se realizan rotaciones de 4 años con otros cultivos, pero al volver a lotes de papa normalmente aparecen plantas espontáneas, por lo tanto al existir la posibilidad de lotes con mezclas con OGM se va a exigir indefectiblemente, la utilización de lotes con mayor cantidad de años de rotación y totalmente libres de posibilidades de mezclas. Esto limitaría la elección de campos para siembra, con el consecuente impacto sobre los costos de arrendamiento debido a una baja en la disponibilidad de lotes aptos, que de por sí son los más exigentes en condiciones de fertilidad, estructura etc.
Pérdida de calidad de semilla y pérdida de rendimiento: De acuerdo a lo señalado por la empresa el productor podrá autoabastecerse de papa semilla por ser una variedad resistente a PVY. Sin embargo esto produciría una pérdida de calidad de semilla en otros aspectos sanitarios como enfermedades fúngicas, bacterianas y de otros virus, reduciendo de esa manera el potencial de rendimiento de los cultivos, bajando los niveles de rentabilidad del sector, aumentando la superficie plantada de menor productividad llevando a sobreofertas de mercado que reducirían los niveles de precio al nivel de quebranto de productores del medio. Disminuyendo en el mediano plazo la oferta y la suba de precios consecuente.
Impacto en los procesos de trazabilidad e identificación: Esto impediría a los consumidores disponer de información sobre el producto que está adquiriendo.
Estos son algunos de los aspectos que movilizaron a los distintos integrantes de las organizaciones del ámbito público y privado, vinculadas a la cadena de la papa, entre las cuales se encuentran:
Federación Nacional de Productores de Papa, Mesa Provincial de la Papa de Buenos Aires, Mesa Provincial de la Papa de Córdoba, Centros de Productores del Sudeste de Buenos Aires, Asociación de Productores de Semilla de Papa de Buenos Aires (APPASBA), de Córdoba y Tucumán, Estación Obispo Colombres (Tucumán), Facultad de Ciencias Agrarias de Balcarce, empresas multinacionales procesadoras y exportadoras de papas, laboratorios de análisis, entre otras instituciones.
Fuente: APPASBA