Brasil: Creada en Río de Janeiro la primera fábrica de patatas paja del mundo

En ese momento, el trío intentó comprar una fábrica de papas fritas que estaba a la venta en Niterói. No hubo ningún negocio. Pero tuvo una idea.

Carlos, Manoel y Renato montaron una fábrica de patatas fritas llamada “Crac”. El nombre es una referencia al sonido crujiente de la patata. También construyeron una tienda para vender el producto. Esto fue en agosto de 1985.

“Comenzaron con una fábrica e innovaron con una tienda frente a la fábrica, porque hasta entonces las patatas portuguesas se vendían en las panaderías a granel. La idea era crear una tienda con productos exclusivos de Crac , una tienda de fábrica”, dijo al portal O São Gonçalo Marcio Picanço , hijo del fundador Renato Cerqueira, quien actualmente dirige parte de la gestión de la empresa .

El padre de Marcio, Renato Cerqueira, una vez, mientras comía un filete francés en un restaurante, pensó en que las patatas paja no se venden en el mercado en general y sólo en algunos platos, como el que él estaba comiendo.

“Y entonces tuvo la idea de hacer también patatas en paja, pero empezaron las dificultades porque nadie las producía y no había maquinaria específica. Y luego fue a la Rua de Santana a buscar una máquina que pudiera cortar patatas en paja, no encontró ninguna máquina y frustrado, empezó a hablar con los comerciantes y les comentó la idea de que quería una máquina que, además de Cortar en astillas, podría cortar en paja. Uno de los dueños de la tienda, junto con Renato, creó una máquina picadora de carne adaptada para cortar patatas. Así comenzó la primera fábrica de patatas paja del mundo. Crac fue la primera fábrica que industrializó patatas paja en el mundo ’’, explicó Marcio al portal O São Gonçalo.

El portal también informa que “con la producción de papa al nuevo estilo y la inclusión del producto en el mercado se reinventaron las recetas. Con el paso de los años, la empresa montó un sistema de franquicias que contaba con 46 tiendas. Además de la expansión de la marca, hubo una inversión en marketing. Los empleados vestidos de rojo repartieron folletos y enseñaron a los brasileños a incluir patatas en sus comidas y a comer salpicão, hot dogs y el tradicional stroganoff con patatas de paja. Como resultado, se modificaron las costumbres culinarias no sólo de los niteróenses, sino de los brasileños en general. A finales de los años 90, Crac tuvo la oportunidad de ampliar aún más sus ventas, en 1996 el grupo Sendas propuso que las patatas se vendieran no sólo en las tiendas, sino también en los lineales de los supermercados” .

Casi 40 años después, la empresa sigue produciendo –a una escala mucho mayor que al principio– el producto que creó. Actualmente, Crac cuenta con dos unidades fabriles ubicadas en São Gonçalo y Rio Bonito.