Argentina (Mar del Plata): Cómo se decidió una inversión millonaria en una industria de papas con viento en contra

La historia de Lamb Weston comenzó en 1950, en el corazón agrícola de Oregón, Estados Unidos. Gilbert (Gib) Lamb, un productor que no se conformaba con lo establecido, ideó un sistema de corte con agua a presión que cambiaría para siempre la manera de procesar papas.

Aquella innovación, simple en apariencia, abrió la puerta a algo más grande: pensar la papa no solo como un cultivo, sino como un alimento capaz de trascender fronteras y llegar a millones de mesas en el mundo con el mismo sabor, la misma calidad y la misma consistencia.

De esa visión nació Lamb Weston. En este camino de 75 años nos transformamos en un actor global de la industria de papas congeladas, con operaciones en todos los continentes y una red de plantas que comparten un mismo propósito: tomar papas sabrosas de la más alta calidad y convertirlas en productos que acompañan momentos cotidianos en la vida de millones de personas.

Durante décadas aprendimos a ver posibilidades en cada papa. Innovamos en procesos, en tecnología y en formatos, con un objetivo claro: ofrecer productos confiables, consistentes y listos para responder a las necesidades de operadores gastronómicos, distribuidores y consumidores en cada mercado.

Desde las papas clásicas que todos reconocen hasta cortes especiales como rejillas o papas con piel, lo que ofrecemos es más que un producto: es la suma de conocimiento, inversión y una red global de personas comprometidas con entregar siempre la misma experiencia de calidad.

Latinoamérica representa hoy uno de los espacios de mayor crecimiento para nuestra categoría.

La región combina tradición gastronómica, diversidad cultural y un potencial de desarrollo aún en construcción.

Para dimensionar la oportunidad: en Argentina, el consumo per cápita de papas congeladas es de apenas 8 kilos al año, frente a los 70 kilos de mercados más desarrollados. La diferencia no es un límite, sino una invitación a crecer. Queremos estar a la altura de ese desafío.

Por eso elegimos Argentina como base de nuestra expansión en la región. Allí levantamos la planta de procesamiento de papas congeladas más grande y moderna de Latinoamérica: una de las mayores apuestas al país en décadas, equipada con tecnología de vanguardia y con capacidad para abastecer tanto al mercado local como también a toda la región.

Muchos me preguntan: ¿por qué Argentina? Y mi respuesta siempre es ¿por qué no?

La respuesta más sencilla sería: porque tiene una papa de calidad comparable con las mejores del mundo.

Sin embargo, hay muchas más razones que hacen que Lamb Weston elija este país como casa matriz en la región.

Conocemos de resiliencia, de viento en contra y de viento a favor. Sabemos capitalizar el contexto y transformar desafíos en oportunidades. Contamos con gran talento local, con la pasión y el compromiso que, más allá de la formación, son capaces de convertir cualquier objetivo en el sueño de lograr cosas extraordinarias.

En Latinoamérica podemos dar vuelta cualquier partido. Sabemos trabajar en equipo, sabemos cuidarnos y disfrutar el camino.

Tenemos la suerte y el privilegio de contar con esta inversión y el desafío de construir una gran compañía en la región.

También tenemos la responsabilidad de alimentar al mundo desde nuestro país, con todo lo que eso implica.

Acá estamos, listos para construir algo grande y disfrutar cada paso del camino.

La nueva planta no es solo un proyecto industrial. Es una apuesta de largo plazo que impacta en toda la cadena de valor: genera empleo directo e indirecto, fortalece el desarrollo agrícola local, amplía la capacidad exportadora del país y consolida un hub de abastecimiento estratégico para la región.

Si algo nos define desde 1950 es la capacidad de innovar y tomar decisiones que abren caminos. Lo que comenzó con un productor visionario en Oregón hoy toma forma en Mar del Plata, con una planta que refleja no solo un hito en nuestra historia, sino también un compromiso concreto con el futuro de Latinoamérica.

Porque en cada papa que procesamos, en cada corte que llega a la mesa de un consumidor, hay una convicción que nos guía desde hace 75 años. En Lamb Weston llevamos 75 años viendo posibilidades en papas.