Hotel Kartoffel: el hotel de la patata enclavado en el norte de Alemania

Ubicado en el municipio Küsten, al norte de Alemania, estamos ante un lugar de atmósfera mágica, un hotel de ladrillo y madera rústica en plena naturaleza que permite disfrutar del mejor ambiente rural y de las bondades del campo, como eco de un tiempo pasado, cuando la vida quizá no era más sencilla, pero al menos sí que iba a una velocidad distinta.

Ante todo es un lugar muy atractivo. Construido con total coherencia a partir de una antigua casa de labranza, este hotel temático ofrece todos los servicios y comodidades del mundo moderno, sólo que adornadas por el encanto y el buen trato de la tierra. Tratamientos spa, un amplio jardín para disfrutar de una buena cerveza, de la cerveza, y la poderosa gastronomía del lugar… Todo a buen precio y con un excelente trato profesional, rodeados de valles y montañas de un encanto rústico fuera de serie perfecto para una buena caminata relajante o para el paseo en bicicleta. Una imagen rural poco frecuente cuando pensamos en Alemania. Todo aquí parece creado para desconectar, sin que nada chirríe.

Lo que vemos es lo que hay. Pero eso no quiere decir que no dispongamos de prestaciones sofisticadas. Los tratamientos de belleza y relax del spa tienen la patata como centro absoluto. El familiar tubérculo descubre aquí todo un abanico de inesperados usos y posibilidades en un centro wellness que hará las delicias del urbanita alienado. Tratamientos de belleza y deportivos para toda clase de públicos. Masajes, spa, todo tipo de baños y piscinas en un recorrido termal destinado al placer.

Pero lo que se lleva la palma es el restaurante, centrado naturalmente en la que a estas alturas es ya nuestra planta favorita. La patata es la materia prima principal de sus fogones, y está presente en una extensa carta de platos especialmente abundantes fundamentados sobre productos frescos de proximidad.

Todo tipo de patatas fritas, tortas y también un excelente aguardiente de patata nos esperan ante su mantel. Maravillosas carnes de producción ecológica, algunos pescados del mar de norte y patatas preparadas de mil maneras. La comida en el hotel de la Patata no es ninguna filfa, y raya la misma altura que la atmósfera mágica de la que nos imbuimos nada más entrar. Su goulash es excelente y los gnocchi con parmesano nos van a proporcionar momentos gloriosos. Por supuesto que hay que probar sus Schnitzel y ese pure de patatas con cebollitas que se recuerda durante días.

Si en algún momento necesitamos algo más, su jardín, repleto de hamacas, podría ocupar un lugar destacado en nuestros sueños de descanso, nos toparemos con la excelente Biosfera del Valle del Elba, un enclave natural donde resuena el eco de siglos pasados y en el que podemos encontrar todo tipo de sorpresas.

¿Algo más? Pues podemos acercarnos a un museo de los Rolling Stones, en Luchow, y no demasiado lejos de una gran ciudad como es Hamburgo. Sin duda, a partir de este hotel de la patata, nuestra manera de entender el ocio, nunca será igual….