España: La siembra de patata avanza a buen ritmo en Baleares, pero se estanca en Cartagena
La verdete, que se cosecha ahora, presenta buen estado en ambas zonas productoras. En el sur de España peligra la plantación por culpa de la sequía
La sequía están condicionando las siembras en toda España, también en el caso de la patata. Pero no todas las zonas productoras han tenido la misma suerte con las lluvias de septiembre y octubre.
Joan Company, productor de Mallorca, apunta que en las Baleares ya llevan cerca de cuatro semanas sembrando patata. Si el tiempo atmosférico lo permite, la plantación se prolongará durante todo el mes de diciembre.
“La idea es prolongar la campaña de siembras de modo que al final del ciclo se puedan realizar entregas al mercado de forma gradual, de modo que se pueda atender durante el mayor tiempo posible la demanda de producto fresco”, señala el agricultor.
Son variedades extratempranas, que se empezarán a sacar entre los meses de marzo y abril, con cosecha hasta principios de junio.
Por otro lado está la verdete, que los productores locales llaman “segunda cosecha”, que se sembró en julio y que se ha empezado a cosechar a finales de noviembre. Son variedades muy “similares a las que se plantan ahora”, solo que los rendimientos son menores por cuestiones de pura meteorología: la planta debió atravesar todo el verano y las elevadas temperaturas siempre afectan a la tuberización.
Espada de Damocles en Cartagena
José Luis Cuenca, de Interagro de Patatas, apunta que en el Campo de Cartagena la verdete “presenta un buen estado, dentro de lo que cabe”, gracias a que el tiempo ha acompañado en la evolución del cultivo.
La planta tuberizó bien y las 60 hectáreas con las que cuenta la compañía pueden rozar unos rendimientos de 40 toneladas por hectárea.
La que lo va a tener peor es la primera cosecha, que debería plantarse ahora pero que tiene sobre sí la espada de Damocles de la sequía. “El agricultor tiene ganas de sembrar, sobre todo de hacerlo cuanto antes, pero no sabemos qué pasará con el agua”, lamenta Cuenca.
Estas siembras deberían abarcar entre 350 y 400 hectáreas de cultivo para que Interagro pueda atender sus compromisos comerciales. Las miradas se siguen dirigiendo al cielo.
Fuente: revistacampo.es