Argentina: La papa, otra economía regional que cae en su peor momento en lo que va del siglo
El bajo precio que recibe hoy el productor está determinado por una gran oferta de papa en el mercado interno; se trata de papa que no se exporta por ser poco competitiva en el exterior.

Los principales países productores de papa son China, India, Rusia, Ucrania y Estados Unidos. Argentina ocupa el puesto número 30 a nivel mundial. En nuestro país el cultivo de papa se desarrolla principalmente en sudeste de la provincia de Buenos Aires (Tandil, Balcarce, General Alvarado y Lobería), donde se encuentra la mayor superficie cultivada del país (55%). A esa región la sigue la zona de Córdoba – San Luis (30%), Tucumán (10%), Mendoza (5%) y, por último, Jujuy – Salta y Santa Fe.
La producción papera argentina se encuentra en el peor momento de los últimos 25 años. Los productores de este alimento tan importante para la mesa de los argentinos también están sufriendo las políticas económicas del gobierno de Javier Milei.
La papa es la hortaliza más consumida en Argentina, con un consumo de 52 kilos por habitante por año, de los cuales 11 kilos son de papa industrializada. En esta economía regional tenemos cuatro actores principales: el productor, el mercado, la industria y el consumidor.
Los productores paperos son en su mayoría arrendatarios, que trabajan en promedio superficies de 50 hectáreas. Hoy el productor papero tiene un costo de producción entre 7.000 y 10.000 dólares por hectárea, de un cultivo que es una verdadera timba: los altos costos de producción están dados por el alquiler de la tierra, la semilla, los agroquímicos, los fertilizantes y el riego.
La producción de papa tiene distintos destinos: el 70 % va al mercado interno para el consumo, el 25 % va a la industria de papas congeladas pre-fritas, siendo solo cinco las empresas que absorben la mayor parte de la producción (Mc Cain, Simplot, Pepsico, Lamb Weston y 5 Hispanos), y el 5 % restante va a papa-semilla.
Los altos costos de la economía dolarizada, con el gasoil más caro de la región y las tarifas de luz por las nubes, además de encarecer la producción primaria, elevaron el costo de producción de la industria de papa congelada, perdiendo competitividad en países como Brasil, Paraguay, Chile y Uruguay.
El bajo precio que recibe hoy el productor está determinado por una gran oferta de papa en el mercado interno; se trata de papa que no se exporta por ser poco competitiva en el exterior. Esta mayor oferta también es resultado de un aumento de la superficie sembrada, ya que ingresaron capitales externos al sector que intentan tener en este cultivo un refugio de valor en una economía impredecible.
Hoy el productor papero vende la papa a 100 $/kg, con un costo de producción de 180 $/kg, perdiendo 80 $/kg. El consumidor, por su parte, paga entre 1.000 y 1.500 $ el kilo.
Como vemos, las políticas del Gobierno Nacional no favorecen a ningún eslabón de la cadena:
- La industria, con este tipo de cambio, no está siendo competitiva en la exportación y tiene que volcar papa al mercado interno.
- El productor tiene altos costos de producción dolarizados, con un valor de su producción por debajo del costo, debido a la alta oferta de papa en el mercado interno deprimido.
- El consumidor paga 10 veces más caro el kilo de papa que el precio que recibe el productor, por los altos costos de conservación y comercialización.
En este escenario, la única respuesta que da el ministro de Economía es incentivar al productor a endeudarse en dólares, de la misma manera que lo hizo Domingo Cavallo en la década de 1990, lo que llevó a los productores al abismo.
El problema no es cuántos productores son ciegos, sino cuantos no quieren ver: la mayoría de ellos ya sufrieron este plan tres décadas atrás.
Por Matías Jaúregui, Ingeniero Agrónomo y Productor Agropecuario (Zona Tandil)
Fuente: tiempoar