España (Canarias): Papas, polillas y Covid-19
Los últimos acontecimientos obligan a leer y mirar para el entorno con otros ojos, sin gafas de colores, para ver lo que ocurre en la agricultura, que adquiere un nuevo valor.

Por Wladimiro Rodríguez Brito
La cultura de la abundancia, la Arcadia feliz en la que sobraban alimentos, las máquinas, los fertilizantes, las semillas genéticamente modificadas, nos inundarían de alimentos. Una cultura en la que supuestamente sobraban campesinos y suelos para cultivar, ¿sí? De tal manera que tendríamos coches funcionando con biocombustible, es decir, la agricultura no solo produce excedentes para alimentar a algo más de 7.000 millones de personas en el mundo, sino también para aportar combustible a la última máquina de la creación, el coche.
En unos días, hemos aprendido que tal modelo de vida tiene algunos puntos débiles. Se está produciendo un cambio climático, debido entre otras cosas a los excesos de un proceso productivo y de consumo que demanda más de cien millones de barriles de petróleo al día, a lo que hemos de añadir otros combustibles como el carbón, nuclear, etc.
En unos días, descubrimos una ciudad desconocida para nosotros, con más de 11 millones de habitantes, Wuhan. Aprendemos geografía en las catástrofes, ponemos a China en el mapa, y nos ponemos mascarillas (made in China) cuando se baja la contaminación en el mundo. Y vemos en nuestros campos mascarillas, y miramos las tierras de papas y la polilla guatemalteca con otros ojos, podemos abastecernos y dejar de importar 60 millones de kilos.
Leamos la historia y la geografía canaria. Las papas son un alimento clave para los canarios, no solo consumimos más de 30 kilos por habitante al año, a esto hemos de añadir que los campesinos canarios han conseguido mantener semillas y variedades introducidas desde los Andes en Canarias a mediados del s. XVI. En estos 400 años se han hecho cultura y medio, ya que las papas andinas las mantenemos en el mundo húmedo de los alisios, las 5 islas occidentales, incluso en unas ventanas abiertas en el norte de Lanzarote -en el Macizo de Famara-.
Las papas y los alisios
Si hacemos una lectura de la demanda canaria de papas y el suelo donde podemos sembrarlas, se puede cubrir la demanda de verano, 30 0 50.000 toneladas, tenemos suelos en las zonas regadas por los alisios sin tener que recurrir al riego artificial. Leamos los entornos de Fontanales en Gran Canaria, de Anaga a Teno en Tenerife, de La Galga a Montaña Vaqueros en La Palma, Las Rosas y San Andrés, en La Gomera y El Hierro respectivamente, etc.
Entendemos que estamos en tiempo para tomar medidas colectivas, entre el Gobierno de Canarias, los ayuntamientos y cabildos, las asociaciones agrarias, para entrar en un nuevo marco agrocultural, que lo impone el sentido común, ya que no es propuesta del Covid19 y la polilla guatemalteca, sino una lógica como pueblo.
Estos días he visitado una zona con los mejores suelos y clima para papas de verano, Icod el Alto-Tierras de Mesa. Suelos y clima ideal, ya que este año, con sequía incluida entre febrero y marzo, apenas se quejaban los agricultores de la falta de lluvia, asocian sus problemas a la polilla, todos hablan de la rotación (papas-cereal-leguminosa).
Sin embargo, en un recorrido por el campo, se pone de manifiesto un amplio espacio sin cultivar, así como el individualismo y el minifundio que expresan todo lo contrario, la carencia de rotación, los cereales y leguminosas son minoritarios, las tierras balutas y las papas ocupan gran parte del terreno, en algunos casos tenemos un nuevo término agrario, papas de risa. Ahora las tierras son incubadoras para la polilla, antes había rebuscadores de papas y ganadería en el campo.
Es decir, necesitamos un planteamiento que nos obligue, en pos del interés colectivo, a realizar rotación agrupando el territorio en grandes hojas, mejorar el saneamiento, la producción y la economía a los agricultores y a los consumidores, sobre la miseria individual imperante.
Leamos lo que nos dice un agricultor, con dilatada experiencia y agrónomo becado en Canadá, sobre el cultivo de la papa en dicho país, Simón Ortega.
Hemos comentado la situación de la producción de papas en los secanos húmedos: desde el macizo de Famara (Guinate-Guatifay) hasta la Montaña Vaqueros-Hoya Grande en Garafía, en la cosecha de verano.
Pero entender los cultivos de invierno requiere otra lectura, pues son una realidad más compleja, mayor dispersión parcelaria, regadíos, cultivos en jable, entre otras cosas. El factor limitante es el agua, ya que los inviernos son muy irregulares, tanto en las zonas costeras como en los sotaventos.
En todos los casos, hablar de papas es hablar de 100 a 200 litros m2/cosecha en los secanos, lo cual no ofrece garantías, hemos de contar con infraestructuras hídricas.
En otro estado de cosas, la semilla para dicha siembra no depende del exterior, como la papa de verano, o bien la semilla local, caso de las papas de color. La semilla es la segunda cosecha de las papas inglesas-irlandesas de la cosecha de verano.
Tenemos suelos con posibilidades para el autoabastecimiento, en tanto en cuanto tengamos agua. Si destinamos el agua que se produce en las medianías (pozos, galería, fuentes) a dicho marco geográfico podremos autoabastecernos sin depender de las importaciones.
Hemos de destacar que las papas de invierno tienen menos problemas con la polilla, tanto por la época de la cosecha, como por la dispersión parcelaria, en un marco geográfico más amplio, en la que la mayor concentración se produce en La Escalona-Vilaflor, y el norte de Gran Canaria.
En el artículo anterior hacíamos alusión a Simón Ortega, como agrónomo y dirigente de una gran empresa agraria (Agroisleña - Venezuela), y sus conocimientos sobre Canadá, país organizado, productor de papas de semillas, en la que aplican prácticas que nuestros agricultores "ágrafos" aplicaban en Canarias, es decir, hay una sabiduría empírica transmitiendo de padres a hijos, de una valía extraordinaria, orientada, por ejemplo, al mantenimiento de la fertilidad de los suelos, N.P.K., carbono, más equilibrio con los nematodos, hongos, pulgones, y otras plagas.
No olvidemos que la papa es uno de los cultivos que produce más materia seca por Ha. cultivada, de 4.000 a 6.000 Kilos por hectárea. Debemos saber que la aplicación en Canadá (país poco estatalista), del cultivo en hojas, rotando los cultivos cada 3 años, como practicaban nuestros agricultores, pone de manifiesto la sabiduría y valor que han tenido los agricultores y ganaderos, conocimientos en muchos casos no codificados en publicaciones, en una sociedad que infravalora lo rural, lo empírico, lo tradicional, hoy algo básico, tanto en la lucha contra plagas, como por una agricultura más saludable, en la que se apuesta por menos fitosanitarios.
La globalización, el cambio climático, el Covid-19, nos hacen mirar para detrás, debemos entender que hemos dejado en el camino experiencias, conocimientos, maneras de manejar la naturaleza de un modo menos agresivo.
Hemos priorizado las importaciones sin respeto a la agricultura local, el llamado libre mercado, la política de puertas abiertas, sin cancelas ni candados, sin consideración con nuestros agricultores, nos ha traído a la situación actual, que les ha ido bien para unos pocos, generando unos huérfanos marginados en el sector agrario, lo que lamentablemente llamamos progreso, desarrollo, sin apenas P.I.B. agrario, modernidad, futuro. El Covid ha entrado sin permiso, asalta todas las fortalezas, de tal manera que en uno de los portaaviones más destacados del mundo, el Franklin D. Roosvelt, tiene que volver a puerto porque el Covid-19 neutraliza una parte importante de la tripulación.
Aquí y ahora debemos ser respetuosos con la producción de alimentos y la gestión ambiental, nuestros queridos campesinos saben mucho más que lo que dicen, aunque en muchos casos sean ágrafos, nos han dejado un patrimonio que debemos valorar por razones obvias: El barbecho, las legumbres, el manchón, la ganadería y el estiércol, las semillas locales, los frutales y, sobretodo, la rotación de cultivo en hojas.
Los distintos medios geográficos tienen en su ADN mucha experiencia, lamentablemente separada por muros de ignorancia, en algunos casos universitaria, que nos hablan en nombre de la ciencia.
Las papas en Canarias son también una fuente de sabiduría y de valor. La referencia de Canadá es una fuente más de que las cosas de ayer son útiles para mañana, allí aplican sabiduría empírica que nuestros campesinos aplicaban ya hace muchos años, y la rotación de cultivos es una de ellas.
Tenemos una rica cultural, cuidémosla.
Fuente: eldia.es