España (Salamanca): Debacle en la campaña de la patata por el cierre de la hostelería
El destino de la variedad mayoritaria en Salamanca son los bares y restaurantes y no tiene comprador ni a 0,10 euros el kilo
La campaña de la patata termina de la peor forma, con almacenes llenos de producto que no encuentra salida en el mercado ni siquiera a un precio de 0,10 euros el kilo. El problema es que la variedad “agria”, mayoritaria en Salamanca, tiene como principal destino la hostelería y el cierre de bares y restaurantes en comunidades autónomas y la ralentización de la actividad en otras por confinamientos ha dejado sin salida este tipo de patatas, ahora en manos de cooperativas y almacenistas.
Cooperativas como Aranpino dan salida a su producción a través de ventas en Mercamadrid y Mercasevilla pero la demanda se ha reducido por la hostelería y también por el cierre de mercadillos, donde va también parte de la patata que se adquiere en estos centros.
Almacenistas también luchan estos días por dar salida a su producción, mientras que la mayoría de agricultores llegan casi a alegrarse de que la prohibición del producto que habitualmente utilizaban para poder almacenar patatas llegara este año y muchos no tuvieran más remedio que dar salida a las patatas cuanto antes. Sí queda aún algo de producción en la tierra pero el comprador no llama a ese agricultor hasta que no tiene la venta asegurada, lo que ahora ocurre pero con mucha dificultad. Tampoco el productor tiene claro si le compensa vender a ese precio, aunque la mayoría considera un error de cara a la cosecha siguiente dejar patatas en la tierra.
La presidenta de la Interprofesional de la Patata, Yolanda Medina, ya advertía a mediados de septiembre de la dificultad de venta de la “agria” y pedía ayudas por Salamanca para esta patata por ser más afectada por las restricciones COVID.
Sí están satisfechos con esta campaña, desde su principio hasta el final, aquellos agricultores que este año optaron por la variedad “roja”, que en cambio no tuvo éxito la pasada, y se defiende la “hermes”, destinada a patatas fritas: de momento se respetan los contratos. Sí es verdad que el consumo de estas patatas, que sí se incrementó durante el confinamiento, no es el de otros años.
La parte más negativa de la campaña, por encima incluso del desastre de la “agria”, ha sido el de otras variedades blancas, con difícil venta incluso por 0,05 euros el kilo, lo que anima la venta directa aunque no esté regularizada. Afortunadamente hay muy pocas.
Fuente: lagacetadesalamanca.es
