España (Castilla y León): El sector de la patata apuesta por la calidad desde el origen hasta el consumidor

Castilla y León es la comunidad reina en el cultivo de patata, con un 28% de la superficie cultivada y un 40% de la producción nacional. Este 2023 ha invertido la tendencia a la baja de la superficie que venía experimentando el cultivo en los últimos años.

Más allá de las cifras, si algo distingue a la patata de Castilla y León es la calidad, una máxima que persiguen todos los eslabones de la cadena de valor. “La patata de Castilla y León tiene una calidad culinaria excelente. Trabajamos para que así sea”, señala Enrique Antonio, agricultor de El Carpio (Valladolid). 

Alinear oferta y demanda

Esta obsesión por la calidad no tiene otro objetivo que satisfacer las demandas del consumidor, un trabajo que comienza con la elección varietal. Enrique Antonio lo tiene claro: “Nosotros no podemos sembrar variedades que no demande el consumidor; tenemos que alinear nuestras producciones con las demandas del mercado”.

Enrique vende su producto a Patatas Meléndez. Entre ellos existe una relación que no se reduce a la compra-venta, sino que agricultor e industria trabajan juntos a lo largo de toda la campaña.  “Te guían desde el principio, te recomiendan la elección de variedades, te hacen seguimiento durante todas las fases del cultivo y luego te organizan los arranques”, explica Enrique Antonio.

“Este seguimiento exhaustivo a lo largo de los meses ayuda a los agricultores a tomar las decisiones necesarias para conseguir la mejor patata”, explica Laura Andrés, técnica de Patatas Meléndez.

Esta estrecha relación entre el agricultor, la industria y la distribución la explica Juan Manuel Coello, director de Operaciones de Patatas Meléndez: “Se trata de una relación de integración, de partenariado, de que se involucren en nuestra compañía y nosotros nos involucremos en su explotación con el objetivo de producir una patata de calidad que satisfaga las demandas del consumidor, para que este vuelva al supermercado a repetir su compra”.

La calidad se hace en el campo

Todos los eslabones de la cadena saben que la calidad se hace en el campo. Técnicos como Ángel Rodríguez seleccionan la patata para que vaya “lo más limpia posible al almacén” y responden a las necesidades de los supermercados, como el tamaño del tubérculo.

Las patatas salen del campo y llegan hasta las instalaciones de Patatas Meléndez en Medina del Campo, donde son procesadas antes de salir hacia los lineales de supermercados como los de Mercadona. “En esta factoría buscamos no distorsionar esta calidad que se produce en origen para que llegue en máxima plenitud al consumidor”, explica Coello.

La nueva fábrica de Meléndez en la localidad vallisoletana está catalogada como la más moderna de Europa, con 36 millones de euros de inversión “para apostar por el cultivo de la patata”, explican.  Se trata de una Industria 4.0., completamente automatizada y robotizada, teniendo como eje principal la calidad del producto, al que tratan “como si fuese una fruta”. 

Esta nueva factoría está diseñada para dar una respuesta rápida a las necesidades de clientes como Mercadona, que acercan hasta el consumidor patatas de calidad durante todo el año gracias a su labor en las distintas campañas de la península. 

Análisis exhaustivos

La comunicación entre los distintos eslabones de la cadena de valor es clave en la marcha del sector. En este sentido, para Mercadona es vital conocer el origen de su producto y el recorrido que realiza hasta la llegada a sus lineales. Para ello, dispone desde hace más de quince años de un Sistema de Calidad y Seguridad Alimentaria, a través del cual analiza exhaustivamente cada proceso de la cadena de suministro, desde su origen hasta el consumidor.

La compañía define con sus proveedores los atributos que debe cumplir la patata partiendo de las necesidades transmitidas por los clientes. Una decidida apuesta por el producto origen España, priorizando lo local y de temporada.