España (Canarias): Desesperación entre los cosecheros por las dificultades para vender la papa ‘del país’ debido a las importada
Tubérculo de Reino Unido, con entradas a buen ritmo, y existencias de Egipto e Israel impiden que un millón de kilos almacenados en Tenerife hallen salida, pese a la caída del precio mayorista a 0,60 euros/kilo, muy lejos del valor de la papa local.

La papa del país sigue con la herida abierta, sin soluciones fiables o que contenten a los productores locales, al menos a la vista. A pocos días de terminar el mes de septiembre, buena parte de la producción de media estación, la recogida en las medianías de secano del norte de Tenerife sobre todo durante los meses de junio y julio, sigue almacenada y sin venta, y con peor pronóstico si además se piensa en esperar o lograr transacciones al por mayor con niveles de intercambio en torno al euro por kilo, un umbral que se considera remunerativo por la Consejería de Agricultura del Gobierno de Canarias.
De eso, por ahora nada, y la prueba está en que en estos momentos el precio de venta promedio al por mayor para las variedades blancas se halla, siempre en primera transacción, en los 0,60 euros por kilo (lo que se aprecia en los mercados centrales de Tenerife y Gran Canaria), entre 20 y 35 céntimos por debajo de los costes de producción, dentro de esa horquilla (0,80-0,95 euros por kilo) según las zonas de cultivo y el comportamiento de determinados factores propios de esta actividad agrícola. El cultivo no da para cubrir costes, a veces ni sumando las ayudas articuladas en el programa Posei, y ello conduce al abandono de tierras, que sigue imparable en las islas.
La realidad actual se asocia a una mueca cargada de tristeza, según exponen cosecheros de esta papa local radicados en el norte de Tenerife. Y esto se justifica porque esta es la principal cosecha del año (la que aporta el principal de la renta, o debe hacerlo, y además no fue tan mala); aún queda papa del país almacenada; cada vez es más complejo sacarla al mercado a precios razonables, remunerativos, en torno a un euro por kilo, y la oferta que espera su venta alcanza solo en la zona norte de Tenerife un volumen de un millón de kilos.
Es como si quedarán por vender 45 contenedores de 40 pies repletos de papa blanca del país, para freír, para cocinar y para arrugar. Ahí está quieta porque nadie la quiere; o mejor, se quiere dependiendo a qué precio.
Sí, un millón de kilos y los expositores de algunas de las grandes cadenas de distribución minorista presentes en Canarias llenos de papa británica y hasta de género con procedencia egipcia e israelí. Es el tubérculo que traen operadores canarios (que deben abonar el AIEM), que a su vez, en muchos de los casos, venden insumos a los agricultores locales, por ejemplo, la papa de semilla (se importa con ayudas del Régimen Específico de Abastecimiento -REA-).
La demanda de la producción local está muy frenada, se paga poco por el género propio y la culpa de todo ello tiene que ver una vez más con la competencia de este mismo producto importado, con llegada de papa nueva de Reino Unido, algo ya tradicional y de donde más se trae ahora, y con existencias aún en Canarias de tubérculo con sello de Egipto e Israel.
La llegada a las islas de papa israelí, algo habitual en los últimos años, ha tenido un potente rechazo por parte de colectivos sociales en Canarias, sobre todo por la destrucción genocida que practica el Gobierno de ese país y su ejército en la Franja de Gaza.
Hay que señalar que, tal y como indican productores de papas de Los Realejos, una de las principales zonas de cultivo con recogida en verano (de secano), la situación actual de este producto agrícola se agrava porque al bajo precio que ya se paga por él se une el aumento de los gastos que ocasiona el almacenamiento, mucho más si es en cámara de frío.
Otro cultivo de referencia que se apaga
Según estadísticas del Istac que utiliza como fuente el Gobierno de Canarias, en 2023 la producción de papa local alcanzó las 78.304 toneladas (casi 80 millones de kilos), con una superficie en cultivo de 6.710 hectáreas, y bajando. En diez años, de 2013 a 2023, el ejercicio anual con datos más recientes, la superficie cultivada se ha reducido casi el 40% y la producción recolectada, el 25%; la importación poco a poco se impone en el mercado isleño.
En cuanto a la importación, las islas acapararon 64 millones de kilos con origen fuera de España ese mismo año, mientras que en 2024 esta variable bajó hasta los 61 millones, con un valor total de 39 millones de euros. Reino Unido se mantiene como el principal país de suministro, con cerca de dos tercios del volumen total de papas importadas desde el archipiélago, seguido de Egipto y con presencia de Israel e incluso Chipre.
El año pasado, en 2024, los productores canarios percibieron medias entre 0,7 y 1,3 euros por kilo en origen, el ingreso obtenido por la venta de su cosecha, mientras que el precio medio de venta en el mercado osciló entre 2,3 y 3,1 euros, según ha publicado el Istac.
La diferencia entre lo percibido por el productor local y el precio final de su papa puesta en los puntos de venta llega a ser el triple del ingreso agrícola en primera transacción.
Fuente: eldiario.es