Información Técnica: El uso de zinc para construir raíces, una tarea crucial para aumentar expectativas de rendimiento en cultivos de papa.
El zinc es un micronutriente cuya disponibilidad en suelo decayó en las últimas décadas a causa de la intensificación de la agricultura y de la falta de reposición de dicho elemento.
Se sabe que en los últimos años en todas las zonas productoras de papa se ha aumentado el rendimiento promedio obtenido, siendo atribuible a mejoras en aspectos varios, tales como la calidad de semilla utilizada, la mejora en las prácticas fitosanitarias, el perfeccionamiento de la maquinaria agrícola utilizada, pero más específicamente a la fertilización.
Teniendo en cuenta el aporte antrópico de nutrientes, cabe destacar que la papa es un cultivo con un sistema radicular cuyo desarrollo es limitado, profundizando el mayor volumen de raíces en los primeros 20 cm de suelo principalmente, y es por esta razón que se suele recurrir a dosis altas de fertilización al momento de la implantación y durante las primeras etapas de desarrollo.
El zinc es un micronutriente cuya disponibilidad en suelo decayó en las últimas décadas a causa de la intensificación de la agricultura y de la falta de reposición de dicho elemento. Es por ello que, su aplicación clave para construir raíces en cantidad, calidad y largo, y así elevar los rendimientos en papa.
Dentro de los nutrientes, el zinc es altamente requerido en la etapa inicial del cultivo ya que cumple un rol primordial: promover un adecuado crecimiento radicular.
Un cultivo de papa de 50 toneladas por hectárea extrae aproximadamente 450 gramos de zinc, y la absorción máxima se presenta en dos picos, a los 45 y a los 90 días después de la siembra (DDS). En tanto, lo usual es que a los 110 días se produzca una translocación desde la parte aérea de la planta hasta el tubérculo.
Asimismo, el estudio menciona que es fundamental tener una disponibilidad continua de zinc en la zona de raíces durante el crecimiento de las plantas, ya que permite controlar la exudación de compuestos ricos en carbono, y en consecuencia reduce drásticamente la infección de raíces por patógenos de suelo.
Fertilizar con zinc al cultivo de papa tiene respuestas que varían entre el 5 y 24%, dependiendo de los niveles de zinc en suelo, niveles de fósforo disponible, contenido de MO, entre otros. A su vez, aquellos sitios que ya padecen deficiencia, la fertilización con este micronutriente puede incrementar el porcentaje de materia seca y de almidón en tubérculos.
Asimismo, ensayos realizados en los últimos años en la Unidad Integrada Balcarce del INTA muestran una respuesta promedio, en rendimiento de tubérculo fresco, de 7,9 toneladas por hectárea, para aplicaciones de zinc.
Al igual que los demás nutrientes, el zinc se puede obtener de fuentes diversas, siendo las más comunes óxidos y sales. Aunque actualmente comienzan a ganar terreno aquellas formulaciones quelatadas. A saber, un quelato es una es una molécula orgánica que recubre al zinc neutralizando su carga e impidiendo reacciones indeseadas con el medio, sea este el suelo o bien el caldo del tanque de aplicación. Esto nos permite aplicar el nutriente al suelo sin que este se precipite, siendo más fácilmente asimilable por la planta y pudiendo agregar una dosis grande sin que sea fitotóxico.
Uso de hormonas de crecimiento.
Las hormonas cumplen un rol importante en las plantas regulando el crecimiento, desarrollo y reproducción de las mismas; por lo que Stoller propone combinar auxinas (encargadas de generar división celular), citocininas (cruciales en la diferenciación de tejidos) y giberelinas (promotoras de la expansión celular). Si bien son producidas naturalmente por el cultivo, su desbalance frente a la ocurrencia de cualquier estrés es habitual, y su aplicación exógena garantiza un correcto equilibrio hormonal, favoreciendo el normal desarrollo del cultivo.
Es claro que, para un buen comienzo la papa precisa de la combinación de dos factores a tener en cuenta: hormonas promotoras de crecimiento y una fuente de zinc rápidamente disponible, quelatado. En consecuencia, Stoller recomienda el uso de Radus, un fertilizante líquido formulado a base de hormonas de crecimiento y zinc quelatado, para aplicaciones a la plantación, a fondo de surco.
“Una aplicación de 6,5 litros de Radus por hectárea equivale a aportar 546 gramos de zinc, lo cual representa más del 100% del requerimiento de un cultivo para un rendimiento de 50 toneladas”, afirma Stoller.
De acuerdo a los ensayos realizados campañas pasadas, combinando diversos ambientes, variedades y fechas de siembra, permiten a Stoller confirmar que la aplicación de Radus trae aparejados beneficios que impactan en los rendimientos obtenidos, tales como:
1. Reducción del periodo siembra – emergencia: El cultivo comienza a crecer y desarrollarse anticipadamente, lo que no solo promueve la acumulación de reservas para el resto del ciclo, sino que también impacta positivamente en el control de malezas al adelantarse el cierre de surco.
2. Mayor desarrollo radicular: un mayor volumen radicular, es sinónimo de mejora en la exploración del suelo donde se establece el cultivo, lo que permite optimizar la absorción de agua y nutrientes en solución. Además, se ve favorecida la tolerancia y recuperación, frente cualquier estrés ambiental.
Autor: Ing. Agr. Nicolás Armani. Market Developer, Stoller Argentina (Foto).
Fuente: Stoller Argentina